la historia del hombre de 101 años que corre maratones
Empezó a correr cuando la mayoría de personas ya han colgado las botas para siempre.
"Puedo dormir o caminar, pero si me siento, así sea por un instante, moriré".Esa directriz ha alimentado el espíritu infatigable del maratonista más viejo del mundo, Fauja Singh. Cumplirá 102 años el próximo primero de abril. Cinco semanas antes, el 24 de febrero, se retirará de las competencias, una vez dispute la maratón de Hong Kong.
Fauja es un hombre de tez sahariana, fracturada por la inclemencia de medio siglo de trabajo en el campo.El turbante que corona su desvaída figura (mide 1.72 m y pesa 53 kg) y la abundante y grisácea barba que puebla su rostro lo dotan de un aire místico, más propio de domador de serpientes que de un atleta consumado.
Aunque vive en Londres desde 1992, no habla inglés. Nació en el distrito Jalandhar de Punjab, ubicado entre India y Paquistán, y sólo se expresa en lengua panyabí.
Fauja es un hombre de tez sahariana, fracturada por la inclemencia de medio siglo de trabajo en el campo.El turbante que corona su desvaída figura (mide 1.72 m y pesa 53 kg) y la abundante y grisácea barba que puebla su rostro lo dotan de un aire místico, más propio de domador de serpientes que de un atleta consumado.
Aunque vive en Londres desde 1992, no habla inglés. Nació en el distrito Jalandhar de Punjab, ubicado entre India y Paquistán, y sólo se expresa en lengua panyabí.
Corrió su primera carrera oficial en 1999: una competencia de 20 km de distancia en apoyo a la organización Cancer Research UK. Poco después contactó a su entrenador, Harminder Singh, y emprendió un programa de entrenamiento de diez semanas con el objeto de disputar la Maratón de Londres del 2000. Para entonces, contaba con 89 años de edad.
Cruzó la meta en 6 horas y 54 minutos en su primera maratón oficial, con un sol tenue a cuestas y una temperatura promedio de 11°C.
El joven y lábil Fauja de mediados de la década de los treinta, consciente de su pobre desempeño en los menesteres deportivos, se enroló como atleta amateur y transformó su otrora debilidad en una pasión. Empero, abandonó la actividad física en el marco de la partición de India (1947).
Cruzó la meta en 6 horas y 54 minutos en su primera maratón oficial, con un sol tenue a cuestas y una temperatura promedio de 11°C.
El joven y lábil Fauja de mediados de la década de los treinta, consciente de su pobre desempeño en los menesteres deportivos, se enroló como atleta amateur y transformó su otrora debilidad en una pasión. Empero, abandonó la actividad física en el marco de la partición de India (1947).
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